miércoles, agosto 30, 2006

Educación para la ciudadanía

lo que va a continuación es una intervención de Elías Goñi en el Foro de la Sociedad de Filosofía de la Región de Murcia. La discusión completa está aquí .

" El Ministerio de Educación ha difundido el primer borrador del currículo o programa de la asignatura "Educación ético-cívica", que es una de las 4 asignaturas que constituyen la "Educación para la ciudadanía". Como ciudadano, y como profesor de Filosofía seguramente encargado de impartir dicha materia de "Educación ético-cívica", quiero expresar mi parecer al respecto:


El borrador comienza muy bien cuando establece como objetivo: "Analizar el pluralismo moral y la necesidad de la reflexión ética para optar por un sistema moral concreto o por una solución a un problema moral en una situación concreta. Utilizar sistemáticamente el debate y el diálogo en el planteamiento de conflictos y a la solución de problemas."

Pero termina muy mal cuando concreta las conclusiones morales a las que dicha reflexión ética debe llegar, como por ejemplo las siguientes: A) "Desarrollar un compromiso solidario con las personas y colectivos desfavorecidos." B) "Reconocimiento de las injusticias y las desigualdades. Participación en proyectos que impliquen compromiso y solidaridad dentro y fuera del centro." C) "Rechazo de la violencia como solución a los conflictos interpersonales". D) "Rechazar los estereotipos que supongan discriminación entre hombres y mujeres. Participar activamente en la prevención de la violencia de género."

Quien dicte a los ciudadanos las conclusiones morales a las que deben llegar en su reflexión ética, no está haciendo Filosofía sino doctrina, no está forjando ciudadanos críticos sino ovejas adoctrinadas, por muy buenas que dichas conclusiones morales pudieran ser. En definitiva, el problema no está en que se llegue a dichas conclusiones morales, que pueden estar muy bien, sino en que se dicte por ley que debe llegarse a las mismas. Este proceder puede volverse contra cualquier demócrata.

Desde la "Formación del espíritu nacional", no había en España un asignatura que oficial y explícitamente dictara a los alumnos las conclusiones morales a las que deben llegar. La nueva asignatura no parecer inculcar el "espíritu nacional", pero sí un cierto espíritu "izquierdoso" o "bondadoso", el de la solidaridad pacifista. Evidentemente, hay otros "espíritus" y también otros "espíritus de izquierdas", y otros "espíritus bondadosos", como el de la misericordia divina, por no citar más que un ejemplo. ¿Cambiará el programa de la asignatura cada vez que cambie el Gobierno?

El programa habla en su punto 3 de "las normas de conducta en que se fundamenta la moralidad humana". Además, parece insinuar que la obligación moral individual de ser solidario y pacifista es consecuencia necesaria de una norma suprema como la de los Derechos Humanos. Contra este planteamiento caben dos objeciones: 1) No es la moral la que se deriva del Derecho, sino el Derecho el que se deriva de la moral. Efectivamente, la moral es decidida por cada individuo, quien responde de su cumplimiento sólo ante sí mismo, para todo lo cual le conviene conocer y comparar diferentes sistemas morales (de lo cual se encarga la Ética). Mientras que el Derecho es decidido por los individuos ya morales reunidos en una asamblea con poder legislativo. Si el Derecho pretendiera después reformar la moral de los individuos, imponerles imperativa y coercitivamente una moral concreta, estaría violentando la libertad de pensamiento. 2) Además, por otro lado, tampoco los concretos Derechos Humanos legalmente admitidos son la última palabra.

Este es un programa de adoctrinamiento ideológico, en tanto que presenta una opción moral individual concreta (la de ser solidario y pacifista) como si fuera obligatoria y racionalmente necesaria, cuando no es lo uno ni lo otro. Por consiguiente, viola el artículo 16.1 de la Constitución, según el cual "se garantiza la libertad ideológica". Efectivamente, si la Constitución garantiza la libertad ideológica, ¿será constitucional suspender al alumno que no llegue a las concretas conclusiones morales establecidas por la nueva asignatura?

Cualquiera puede creer que tiene "la emoción única", y que esa emoción nos llevará a la solución de todos los males, por ejemplo; pero como pretenda imponerla, castrará el pensamiento, la libertad de pensar. Se puede ser solidario, pacifista y universalista, y estar contra este programa de la nueva asignatura. Es más, estar en contra sería lo correcto, por respeto a la libertad de pensamiento"

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