Queda bien hablar del "fomento de la lectura", pero huele a chamusquina. Dudo que alguien logre algún éxito en tamaña empresa. La lectura es algo, por sí mismo, desagradable. Sólo alguien con una clara vocación masoquista puede aficionarse a leer. Puede que usted crea disfrutar de la lectura, pero nada más lejos de la realidad. Pruebe a leer la guía telefónica, el censo electoral o el calendario y comprobará con disgusto, que la lectura es una actividad insoportable y contra natura. De hecho, como nos recuerda Félix de Azúa, la lectura no es algo consustancial al ser humano, sino el invento de unos pocos. Los lectores son seres extremadamente raros en la historia de la humanidad; lo normal ha sido que sólo una pequeñísima, infinitesimal, parte de los seres humanos leyera. La afición más o menos generalizada a la lectura proviene del siglo XIX y coincide con la generalización de la educación obligatoria y gratuita. La afabetización de los ciudadanos es, actualmente, algo más que un logro democrático, es una condición de posibilidad de la misma democracia. Pero, al parecer, no basta alfabetizar a todo el mundo, sino que se pretende que el ciudadano alfabetizado ejerza con gusto su habilidad lectora. Y aquí está el error, porque lo bueno de leer no es la lectura, sino lo que se lee. Y lo que se lee tiene que valer la pena que se padece por la lectura misma. Si alguien a quien le agrade caminar es obligado a caminar a oscuras por una habitación insonorizada, probablemente reconocerá que lo que le gustaba en realidad son los caminos. Pues bien, lo que nos gusta de la lectura, son los libros. La lectura no necesita ser fomentada, lo que necesita ser fomentado es la buena literatura.
No se debe fomentar la lectura a cualquier precio. La mayor parte de la oferta editorial es pura basura que más valdría mantener lejos de los niños. Pero recomendar la lectura a todo el mundo y "fomentarla" (signifique eso lo que signifique) queda bien y da como prestigio. No hablemos de la lectura, hablemos de los libros. No engañemos a los niños haciéndoles creer que obtendrán algún bien de la lectura. Con eso sólo conseguiremos dos cosas: o bien odiarán los libros, o bien se odiarán a sí mismos por sentirse incapaces de disfrutar de la lectura y se flagelarán por ello leyendo y leyendo interminables bodrios.
A nadie le cuesta ningún esfuerzo abominar de la televisión bajo el pretexto de que la mayoría de los programas son necios e insulsos. Y sin embargo hay algunos -muy pocos- programas realmente buenos. ¿Por qué no se abomina con la misma virulencia de la lectura? ¿Acaso no hay la misma proporción de basura en las librerías que en la televisión? Cantar las virtudes de la lectura es tan demagógico y vano como denigrar a la televisión. Sólo fomentaríamos en los niños el hábito de ver la televisión, si la mayoría de sus contenidos valieran la pena. ¿Por qué, entonces, se quiere fomentar la lectura si la mayoría de los libros no valen su precio en pasta de papel? Pensar que por el mero hecho de leer se es culto es una auténtica majadería, como lo sería pensarlo de alguien que no se separara de su televisor.
No invirtamos ni un sólo céntimo en campañas para el fomento de la lectura. Invirtámolos en el fomento de la buena literatura, de los buenos programas de televisión, del buen cine, de la buena música, etc. Pero esto ya no es tan fácil ni tan cómodo porque hay que tomar decisiones que beneficiarán a unos y perjudicarán a otros. Es mucho más cómodo instalarse en el universal y vacío "fomento de la lectura". Pero lo que hay que fomentar es el criterio.
jueves, septiembre 14, 2006
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
tal vez no sepas lo que es leer por eso tu articulo, pero sinceramente leer no es como lo estas planteando es algo más profundo, leer te ayuda a crecer no solo intelectualmente sino espiritualmente, por que muchos no leen esta méxico como esta, pero en fin respeto tu opinión, si es que es esa, pero vive feliz como tu lo creas y deja que otra gente lo sea al modo que escoja
Supongo que usted no ha leído con atención el artículo. De él no se desprende que yo no sepa leer, de hecho lo que reivindico es el criterio del lector sobre de la estéril apología de la lectura. Lo que trato de poner de manifiesto es que mientras que institucionalmente se ensalza la actividad lectora por sí misma, se da poca o ninguna importancia a la escritura misma. La lectura de las grandes obras no necesita ser fomentada. La pérdida de interés en la lectura no es sino un síntoma de la pérdida de interés de la mayoría de libros. Es necesario propiciar un caldo de cultivo para que se desarrolle una literatura de calidad. Alguien sólo lee si encuentra un libro que le interesa, no se lee por leer. Hay que dar a conocer los libros, no la lectura. Y esta opinión, al contrario de lo que usted ha entendido, se basa en un profundo respeto por la buena literatura.
Tempoco creo que mi opinión se interponga en el proyecto de felicidad de nadie.
En cualquier caso le agradezco el tiempo que ha dedicado a contestarme.
Creo firmemente, que se ha perdido el interés por la lectura y estoy de acuerdo del mismo modo en que hay que fomentar la buena literatura, pero un estando de acuerdo con estos dos argumentos aunarlos de esa manera y comparar la literatura con mirar la televisión es un tanto estúpido, me parece un postura resultado de un silogismo espantoso, mi opinión al respecto es que si hay que fomentar la lectura y al mimo tiempo formar un espirito critico en los lectores. Sin embargo es aturdidor e interesante que gente con su perspectiva bizarra escriba este tipo de basura en Internet.
Publicar un comentario